Me quemaba a través de los vaqueros. Vestia unos vaqueros ceñidos y una camiseta ajustada que remarcaban su bonita figura. —Por favor, siéntese. —Entonces se da cuenta de que no hay nadie con ella—. —Dios. —Bueno, estamos de gira, es el día del concierto, nuestro primer concierto, fíjate, y nos vamos por nuestra cuenta —le explico—. Jadeé al escucharle y empezó a moverse, al principio me ardía el culo, camisetas futbol 2022 pero casi sin darme cuenta pasados los primeros estoques dejó de escocer. Aunque estaré fuera de la ciudad un par de meses. Iver asintió. —La hice hace unos meses. Maddox posó con Iver para una o dos fotos rápidas, firmó una guitarra en la pared -junto a Slash, Dave Grohl, Robbie Williams y algunos otros- y nos despedimos. Maddox apoyó su costado contra el mío para leer la pantalla de mi teléfono. —Abrí el primer mensaje y sostuve el teléfono para que Maddox y yo pudiéramos leerlo juntos.
Me gusta ver qué tipo encaja con la persona, pero apuesto a que podemos dejar de buscar. Estaba claro que Maddox se inclinaba por un tipo de guitarra en particular, porque siempre volvía a ella. Déjalo. —Gracias. —No tienes que darme las gracias a mí, sube. —No me has hecho nada. En realidad no había huido de mí, pero se había alejado de mí y eso no me gustaba, no podía recordar ningún momento en que hubiera hecho eso. —Se me ha ocurrido a mí. Había un poco de multitud, aunque estaban fuera. Lo dejó preparado la noche anterior, aunque llegaron muy tarde. Ya había largas colas de gente fuera y muchos llevaban allí desde la noche anterior, al parecer. La gente le llamaba por su nombre, pero afortunadamente mantenían una distancia respetuosa y él saludó para que le hicieran fotos antes de meterse en la parte trasera de la furgoneta.
La voz de Steve desde la parte delantera de la furgoneta nos sobresaltó a los dos. Le seguí, la puerta se cerró detrás de nosotros, Steve subió a la parte delantera y nos fuimos. Se oyó un ligero golpe en la puerta y Steve asomó la cabeza. —He oído a Maddox hablar de su nueva guitarra —dijo Amber señalando con la cabeza hacia donde los chicos estaban ahora bajando del escenario. Permitían que los chicos se movieran y bailaran, corrieran y patearan, dieran volteretas y se sentaran mientras parecía que vestían ropa de calle. Además, cada coche está diseñado con un PVC especial totalmente ecológico y que hace que sean muy resistentes a las caídas. Maddox no me dedicó ni una sola mirada durante unas horas, y tuve que preguntarme si me había imaginado todo el incidente en el coche. Durante unos mo mentos que fueron a la vez eternos y excesivamente breves, Ballard vio en toda su gloria la cosa que había sido Mironenko; al verlo, el sonido de los rotores aumentó a un nivel ensordecedor.
—Yo no diría que no —susurró. —Tienes unas pecas muy bonitas en la nariz —susurró con las mejillas teñidas de rubor—. Oh, Dios. —Y tus ojos son tan azules —susurró y yo estaba casi seguro de que no se suponía que lo oyera. Era desnudo y genuino, y todo lo que Iver pudo hacer fue sonreír y negar la cabeza. Maddox estaba radiante. Estaba tan feliz que era contagioso. —Hacía mucho que no nos veíamos, ¿ —No te oculto nada Maddox —respondí con la voz más áspera de lo que pretendía. No lo hagas -dijo en voz baja. Él solo es un pequeño obstáculo, dice la voz tranquilizadora en mi cabeza. Él me estaba mirando así. Él se rio entre dientes.17 —Muy bien —dijo—. Sí. Estoy bien. Más relajada que nunca. YO: Sí y no. Prácticamente en todas las fiestas. Las llaves están ahí, como habían quedado. Sonaba como un ángel. Todas las revistas y páginas web que lo habían votado como el hombre vivo más sexi no tenían ni la más remota idea de lo sexi que era de cerca.