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Sus lugares los ocuparon modestas incorporaciones y canteranos como un joven Fernando Gómez. Vicente Tormo a deshacerse de grandes jugadores y a nutrirse de canteranos (estaban Arias, Subirats, Saura, Tendillo, Roberto, Fernando o Revert) y de fichajes modestos como el uruguayo Wilmar Cabrera (para el que se hizo un esfuerzo económico), Arroyo o Quique. Con una crítica situación económica, el verano de 1984 Salvador Dasí Martínez, presidente de la comisión deportiva, directivo del club y amigo personal de Kempes, le comunicaba con lágrimas en los ojos que no seguiría en el club.