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—Ay, sí —correspondí a su risita—. Dash la agarró por el brazo y casi la desequilibró cuando la atrajo contra sí. Desde luego que sí. Quiso que todo su cuerpo se filtrara a través de su boca para poder esconderse dentro de él. — Lanzó un zapato a través de la habitación—. —¿Estás seguro de que no eres mi papá? Babi piensa en la manzanilla que se ha tomado antes de acostarse. —Exactamente lo que quiero hacer. Sin plantearse lo que haría a continuación, se llevó las manos a la nuca y buscó debajo del pelo el diminuto gancho con ojal en la parte superior del vestido. Un leve susurro rompió el silencio de la noche, y el vestido cayó de sus hombros. Él la sujetó por los hombros y la apartó. Dash se quitó el otro zapato y lo tiró contra la mesilla de noche soltando un juramento. Aquella era su noche.

—su expresión era de diversión pura—. A veces, no estaba segura de si él estaba tan nervioso como yo —y sin motivo, que era peor—. Su voz estaba tan contraída como sus facciones; Ballard no quería saber nada de sus chismorreos. —No lloraré. —Eso es solo porque no sabes nada de lo que te va a ocurrir. Bésame otra vez. —No más besos, Jane Marie. Lo decía con un retintín de curiosidad o de sorpresa, chaqueta boca juniors 2021 2022 como si fuera la primera vez que veía un bote de ketchup y generosamente estuviera dispuesto a pasar por alto ese detalle a la hora de hacer su valoración. Sobre el tablón, la materia goteaba hasta el suelo, espesa y lenta como la miel o el sirope. Al mismo tiempo quiso aumentar de tamaño y fuerza hasta poder dominarlo y obligarle a amarla como ella lo amaba a él. —bramó—. Estás borracha, te estás portando como una puta y esto se ha acabado.

—Vamos a dejar esto ahora mismo, ¿ Si esto es lo que quieres, lo tendrás. Es esto lo que quieres? —Estás borracha. Ni siquiera sabes lo que pides. —Sí lo sé. —Estás caliente y necesitas a un hombre. Es lógico que terminara en Derecho. El Mercedes arranca con una pizca de esperanza de más en el asiento trasero y un nuevo arañazo en el retrovisor lateral derecho. Ella me miraba con una sonrisa.35 —¿ —¡Te lo advierto por última vez! Se quedó plantado delante de ella, con la cabeza más baja que la suya por una vez. Al ver que no respondía, le tomó la boca y lo besó ansiosamente, utilizando la lengua y los dientes para absorberlo por completo. Soñé con la bahía de su boca. Su rostro se crispó y, cuando acercó la boca a la suya, siseó: —¿ —¿Qué crees que estás haciendo? —No pienses ni por un momento que después podrás venir llorando. —No tienes agallas para admitir lo que sientes por mí.

Te voy a dar con un disco en la cabeza y haré que te vuelvas aún más enano de lo que eres. Las únicas barreras que los separaban eran las que él había erigido dentro de su cabeza. No porque él escalara una tubería por mí, camisetas de futbol 2021 sino por las oleadas de felicidad que verlo evoca. Parece que está perfecto. De tus errores, de tus éxitos, de tus equivocaciones, de tus dolores, de tus simples incertidumbres, de los pensamientos que has tenido y de los que espero que hayas olvidado, de los pensamientos que aún no tienes. También destacan sus vinos, que forman parte de la denominación de origen Montilla-Moriles. Tuvo una hija que era bruja, y esa bruja era mi madre. Dile a tu madre que yo no quería. —Traeré un poco de agua—me ofrezco, desesperada por hacer algo, lo que sea, para ayudar. Entonces agarro un vasito, me sirvo un poco de Amaro del Capo y vuelvo a sentarme.

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